Masaje Terapéutico

El masaje es un acto instintivo, lo que le hace tan antiguo como la humanidad. Un ejemplo claro de ello lo tenemos con los niños: cuando se caen lo primero que hacemos es friccionar la zona dolorosa y decimos “no es nada, ya está, no duele”.

El hecho de comprimir un músculo provoca en él una serie de reacciones en cadena de estimulación o sedación, de limpieza, eliminando ácido láctico acumulado entre sus fibras; de regeneración, al estimular el aporte sanguíneo... El masaje nos acerca al conocimiento del maravilloso cuerpo humano, no tan sólo intelectualmente sino a nivel práctico; tocando, notando cada músculo y tendón, sintiendo su fatiga o su aumento de tono, sabiendo que con nuestras manos podemos influir sobre su estado provocando en él reacciones terapéuticas.

«El masaje es algo más que apoyar las manos o tocar un cuerpo, se trata de un contacto personal. Todos los masajistas emplean, además de las manos, la voz, el conocimiento de la persona masajeada (que a veces se llama psicología) y un cierto conocimiento de la medicina popular...»

— Dr Sidney Licht —